El código de barras este año celebra su 40 aniversario desde que fue adoptada por la industria alimentaria norteamericana para identificar sus productos,es la tecnología que permite automatizar el registro de productos, requiere poca energía para funcionar y pueda fabricarse a gran escala de manera rápida y barata .
Sin embargo, y pese a su uso intensivo en supermercados, almacenes y tiendas, el código de barras, como toda tecnología, tiene sus limitaciones, y poco a poco ha venido siendo reemplazada por la tecnología de radiofrecuencia RFID (identificación por radiofrecuencia), tecnología de captura, almacenamiento, identificación y recuperación de datos remoto, que se ha expandido a tal punto que acaban adoptándola el 50% de compañías que la prueban.
Se estima que para el 2014, el mercado de RFID alcanzará los 8.250 millones de dólares, por lo que especialistas apuntan que esta tecnología ampliará sus capacidades, pues cada vez más se ofrecen etiquetas que permiten enviar señales a más de 180 metros y terminales de lectura que usan menos energía, son más rápidas en la lectura y tienen mayor capacidad para evitar interferencias.
En efecto, la innovación no se detiene. Un joven investigador francés, Etienne Perret, profesor del Laboratorio de Diseño e Integración de Sistemas (Universidad de Grenoble Alpes, Francia) ha unido ambas tecnologías escogiendo lo mejor de cada una para crear nuevas etiquetas que ofrecen todas las ventajas, además de ser baratas, reciclables y fáciles de fabricar como los códigos de barras.
Ha desarrollado un tipo de identificación por radiofrecuencia que solo se diferencia del código de barras tradicional en que su 'dibujo' está hecho con tinta conductiva. De esta forma, cada etiqueta -creada por separado o impresa directamente sobre el producto que se quiere identificar- tiene una 'firma electromagnética' distintiva que contiene la información del objeto.
Sus etiquetas pertenecen a "una nueva familia más robusta desde el punto de vista de la lectura" basadas en la aplicación de un innovador concepto de 'depolarización' que este joven ha ideado. "Han sido diseñadas para que la señal de respuesta que la propia etiqueta vuelve a emitir sea polarizada perpendicularmente a la señal de pregunta que le llega del lector", explica.
Perret trabaja desde el 2010 en el marco de dos programas de investigación, GRAVIT y THID, centrados en el desarrollo técnico y diseño de métodos de fabricación de esta tecnología, así como en el estudio de su viabilidad para transferirla a la industria. Según explica, a partir de ahora será un socio comercial quien se haga cargo del resto del proceso, que llevaría su primer producto al mercado "en un futuro próximo".
El objetivo final de este innovador es crear "una nueva generación de sensores fáciles de utilizar y de bajo coste" que permitan a los objetos comunicarse entre sí "cubriendo una creciente demanda del mercado". De esta forma, sus avances se enmarcan en el campo de 'El Internet de las cosas', ya que obtendría información de los objetos del mundo físico -como su identificación y parámetros como la humedad- mediante un lector que podría transferir estos datos a la Web.
En nuestra opinión la identificación por radiofrecuencia aumenta la eficiencia de las empresas con una mejor visibilidad del inventario mientras pasa a través de la cadena de suministro, ya que con la información en tiempo real, siempre se sabe dónde se encuentran los activos comerciales importantes y su estado.
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